Ir al contenido principal

Causas emocionales de la depresión, la angustia y la ansiedad



“El corazón humano pide ayuda a gritos, el alma humana nos implora ser liberada, pero no escuchamos su llanto, porque ya no somos capaces ni de oír ni de comprender”(Khalil Gibran)

Los principales síntomas de la depresión son la pérdida de interés y de placer en las actividades habituales, un sentimiento de desesperación o de abatimiento asociado a la fatiga o a una disminución de energía, menor capacidad de concentración, indiferencia, desinterés, desánimo, repliegue sobre sí mismo y rumiación mental. Por lo general, el individuo que la padece no quiere pedir ayuda; prefiere que los demás sean quienes cambien. Duerme mal, incluso con la ayuda de somníferos. Habla poco y tiene tendencia a huir del mundo. Con frecuencia se confunde la depresión con el agotamiento.

La depresión es el medio que una persona utiliza para no sentir presión, sobre todo afectiva. No puede más; ha llegado a su límite. La persona con tendencias depresivas tiene conflictos pendientes de resolver con su progenitor del género contrario. Esto explica que muy a menudo ataque a su cónyuge, en quien establece la transferencia. Lo que esta persona hace sentir a su pareja es lo que hubiera querido hacerle a su padre o a su madre, pero se contuvo. Al rechazar ayuda, la persona depresiva continúa alimentando su rencor o su ira hacia ese padre o esa madre, y se hunde en su dolor. La gravedad del estado depresivo refleja la intensidad con la que se vivió la herida siendo niño. Las heridas pueden ser las siguientes: rechazo, abandono, humillación, traición o injusticia. Para ocasionar un desequilibrio mental tan grande como la depresión y la psicosis maníaco-depresiva, el dolor tuvo que ser vivido en aislamiento. Esta persona no tuvo con quien hablar en su infancia, alguien que escuchara sus preguntas y sus angustias. Tampoco aprendió a confiar en los demás, bloqueó sus deseos y se replegó finalmente sobre sí misma, mientras aumentaba su sentimiento de rencor o de ira.

En general, la persona depresiva no quiere ayudarse ni pedir ayuda, por lo que quienes la rodean son los que intentan resolver su problema. Si eres uno de ellos, te sugiero que seas muy firme con ella y le digas que nadie en el mundo puede sacarla adelante de manera definitiva, excepto ella misma. Lo más importante es que acepte que su estado depresivo le ocasionó el gran dolor que sufrió su SER en la infancia. Rechaza lo que ES. La herida más común es el rechazo o el miedo a ser rechazada. Esta persona debe admitir que aún cuando haya sido rechazada en la niñez, ello no quiere decir necesariamente que su padre o su madre no la quisieran. El padre que rechaza a su hijo seguramente fue rechazado cuando era niño y todavía se rechaza a sí mismo. Sentir compasión por ese padre y perdonarlo es el inicio del camino hacia la cura. Después, la etapa más importante es perdonarse a sí mismo por haber querido tanto a ese padre. A continuación, lo único que resta es expresarle a ese padre lo que sintió sin ninguna acusación de por medio. Es muy humano albergar rencor o ira cuando se es niño y se sufre intensamente el aislamiento. Por otro lado, sugiero que esta persona tome la decisión de reconocer su propio valor. Si le resulta difícil, puede pedir a quienes le conocen bien que le digan lo que ven en ella. Por otro lado, si la persona depresiva tiene ideas suicidas, sucede que alguna cosa en ella quiere morir para poder dejar lugar a lo nuevo. Confunde la parte de ella que quiere morir con ella misma.

La depresión implica una profunda tristeza interior, una acumulación de emociones inhibidas provocando un conflicto entre el cuerpo y la mente.

Esta enfermedad está conectada con un suceso señalado de mi vida. La depresión se traduce por desvalorización y culpabilidad que me corroen por dentro. Si soy depresivo, me siento miserable, menos que nada. Vivo en el pasado constantemente y tengo dificultad en salir de él. El presente y el porvenir no existen. Es importante efectuar un cambio ahora en mi modo de ver las cosas porque ya no es como antes. La depresión frecuentemente es una etapa decisiva en mi vida (por ejemplo: la adolescencia) porque me obliga a volver a cuestionarme. Quiero a toda costa tener una vida diferente. Estoy trastornado entre mis ideales (mis sueños) y lo real (lo que sucede), entre lo que soy y lo que quiero ser. Es un desequilibrio interior (quizás químico y hormonal) y mi individualidad es irreconocible. Me siento limitado en mi espacio y voy perdiendo despacio el sabor de vivir, la esencia de mi existencia. “Me siento inútil“. En otras palabras, la depresión tiene en su origen una situación que vivo frente a mi territorio, es decir lo que pertenece a mi espacio vital, sean personas (mis padres, mis hijos, mis amigos, etc.) animales (mi perro, mis peces, etc.) o cosas (mi trabajo, mi casa, mis muebles, etc.). El conflicto que vivo puede estar vinculado a un elemento de mi territorio que tengo miedo de perder: a una pelea que tiene lugar en mi territorio y que me molesta (por ejemplo: las peleas entre hermanos y hermanas). He aquí expresiones que revelan cómo me puedo sentir: “Me ahogas!”, “Me chupas el aire”; “Aire!”. A veces también, siento dificultad en delimitar o marcar mi espacio, mi territorio: ¿Qué es lo que me pertenece en exclusividad y qué es lo que pertenece a los demás? Las personas depresivas frecuentemente son permeables a su entorno. Siento todo lo que sucede alrededor de mí y esto incrementa mi sensibilidad, de aquí un sentimiento de limitación y la impresión de estar invadido por mi entorno. Así, abandono porque encuentro la carga demasiado pesada, ya no tengo el gusto de vivir y me siento culpable de ser lo que soy. Incluso puedo tener tendencia a la auto–destrucción.

También puedo tener “necesidad de atención” para ayudarme a valorarme; la depresión se vuelve en este momento, un medio inconsciente para “manipular mi entorno”. La risa ya no forma parte de mi vida. Poco importa la razón, compruebo ahora la causa o las causas subyacentes de mi estado depresivo. ¿Viví yo una presión de joven? ¿Cuáles son los acontecimientos señalados vividos en mi infancia que hacen que mi vida parezca tan insignificante? ¿Es la pérdida de un ser amado, mi razón de vivir o la dirección de mi vida que ya no consigo ver? Huir de la realidad y de mis responsabilidades no sirve de nada (por ejemplo: suicidio) por más que esto parezca ser el camino más fácil. Es importante constatar las responsabilidades de mi vida porque necesitaré otra cosa que antidepresivos para hacer desaparecer la depresión: debo ir a la causa. A partir de ahora, comprendo que soy un ser único. Tengo valores interiores excepcionales. Puedo retomar el control de mí mismo y de mi vida. Tengo elección de “soltar o luchar”. Tengo todo lo necesario para cambiar mi destino. Responsabilizándome adquiero más libertad y mis esfuerzos están recompensados.

En vez de poner mi atención en “todo lo que no va en mi vida”, tengo interés en dar las GRACIAS por lo que tengo. Debo asumir, hacer proyectos y aceptar que tengo todo el potencial para alcanzar todos los objetivos que me fijo. La alegría y la felicidad podrán entonces tomar aún mucho sitio en mi vida.

DEPRESIÓN Y MANÍA

Conflicto: Depresión (hemisferio derecho) = Conflicto frente al territorio. La pérdida de espacio o la imposibilidad de reproducirme, esto representa la muerte. Fase maníaca (hemisferio izquierdo) = Conflicto con la identidad (delirios de grandeza). Puede haber constelación entre las dos. Las peleas en mi territorio (como podrían ser peleas entre hermanos o en la oficina) por la necesidad de delimitar mi espacio, pueden llevar a un bio o psicoshock que traiga consigo la pérdida del incentivo de vivir. La depresión se vuelve una solución para manipular mi entorno: Huir de la realidad y de mis responsabilidades puede llevarme a pensar en el suicidio. Ejemplo: Un paciente que se quiere suicidar porque el hijo de la pareja con la que vive es un impresentable. Quiere que se vaya de casa y su padre no le quiere. Se deprime e intenta suicidarse. Vemos que es un conflicto de territorio, que no lo acepto y lo quiero cambiar, pretendiendo que cambien los otros. En la fase maníaca, la agresividad que se puede mostrar, puede ser hacia uno mismo (autoagresión) o hacia los demás. Esta puede ser debida a una pérdida de identidad o a una falta de reconocimiento del grupo. Todos ellos pueden ser vividos como una contrariedad en el territorio.

Sentido biológico: Mantener el territorio y el espacio.

LA ANGUSTIA

Está caracterizada por un estado de desorientación psíquica en la cual tengo el sentimiento de estar limitado y restringido en mi espacio y sobre todo ahogado en mis deseos. Siento mi espacio limitado por fronteras que, en realidad, no existen. “Estoy cogido” o “Me siento cogido en una trampa”. Estoy de acuerdo con el hecho que la gente invade mi espacio psíquico y esto se manifiesta en mí por una especie de aprieto interior. Dejo entonces de lado mis necesidades personales para complacer primero a los demás para atraer el amor que necesito (aunque haya otros modos de hacerlo). El aprieto me lleva generalmente a ampliar mis emociones y mi emotividad general en detrimento de un equilibrio adecuado. Ya que vivo en la niebla, la confianza en mí se tambalea, la desesperación y la gana de ya no luchar más se instalan. ¿Cuál puede ser la situación en que me sentí apretado* cuando era joven de tal modo que reproduzco aún fielmente hoy este patrón de conducta? (*observemos que angustia y claustrofobia son sinónimos por la palabra aprieto). Es natural por mi cuerpo para colmar mis necesidades psíquicas fundamentales: la necesidad de aire para vivir y respirar, el espacio entre mí y las demás personas, la libertad de decidir y discernir lo que es bueno para mí. Si, a partir de ahora, contesto a mis esperas frente a la vida en primer lugar, hay muchas probabilidades para que deje las de los demás en su sitio: así, estoy más seguro de estar de acuerdo con ellos! Y sin violar su espacio porque debo recordar que si me siento ahogado, es porque ahogo consciente o inconscientemente a la gente a mi alrededor. Se manifiesta la angustia también como una espera inquieta y opresiva, aprensión de “algo que podría ocurrir”, con una tensión difusa, espantosa y generalmente sin nombre. Puede estar vinculada a una amenaza concreta angustiosa (tal como la muerte, catástrofe personal, sanción). Se trata más de un miedo, generalmente vinculado a nada que sea inmediatamente perceptible o se pueda expresar. Por esto las fuentes profundas de la angustia se encuentran frecuentemente en el niño que fui y se vinculan generalmente con el miedo al abandono, a perder el amor de un ser querido y al sufrimiento. Cuando me encuentro en una situación similar, la angustia vuelve a aflorar. Cada vez que uno de estos miedos reaparece o que se vive una situación imaginaria o realista, esto está captado por mi inconsciente como una señal de alarma: ¡Hay peligro! la angustia reaparece aún más fuerte. Cuando soy niño, la angustia se manifiesta frecuentemente por el miedo a la oscuridad y una tendencia a vivir una vida solitaria. A partir de ahora, uso de discernimiento, valor y confianza en la vida para respetarme y dejar ir a los demás a su espacio sin pesar, y borro de mi vida cualquier remordimiento. Así veré “más claro” y adelantaré en la vida con mucho más lucidez.

LA ANSIEDAD

La otra cara de la depresión. Depresión y ansiedad, distintas manifestaciones de la misma enfermedad. Pensamientos y creencias negativas. Se tiende a proyectar la mente en el futuro, lo que no nos permite vivir el presente. La preocupación y el sufrimiento psicológico, es un camino directo a la enfermedad. La fiebre de la prisa, aumenta la ansiedad.

*La ansiedad es un temor sin motivo. La persona que la padece vive en la dolorosa espera de un peligro impreciso e imprevisible.

La ansiedad tiene como efecto en la persona que la sufre el bloqueo de la capacidad de vivir el momento presente. Se preocupa sin cesar. Habla mucho de su pasado, de lo que aprendió, vivió, o de lo que le sucedió a otro. Esta persona tiene una imaginación fértil y pasa mucho tiempo imaginando cosas que ni siquiera es probable que ocurran. Se mantiene al acecho de señales que prueben que tiene razón para preocuparse.

Tan pronto como sientas que entras en una crisis de ansiedad, toma consciencia de que es tu imaginación la que toma el poder, la que te impide disfrutar el momento presente. Decídete a no tener que demostrar nada. Sé tú mismo, con tus errores y cualidades, como todo el mundo. Déjate ir ante lo desconocido, confiando en que tu intuición sabrá guiarte si le das la oportunidad. También puede resultarte benéfico confiar más en las personas que te rodean. Permíteles ayudarte a su manera.

Fuente: Diccionario de Biodescodificación
El Gran Diccionario de las dolencias y enfermedades de Jacques Martel

Entradas populares de este blog

Técnicas de enraizamiento o de arraigo

De todas las técnicas bio-inteligentes, las de enraizamiento o de arraigo, son, tal vez, las más importantes al entrar en el nuevo milenio, pues permiten enrai-zarnos, es decir, mantenernos centrados, pausados, equilibrados en cualquier situación.  Son técnicas específicas para que los niños, niñas, jóvenes y adultos, especialmente las mujeres embarazadas, se estabilicen y adquieran contacto con las fuerzas telúricas. En efecto, lo que falta a menudo es anclar nuestra energía en la Tierra. Es incluso peligroso intentar meditar o hacer meditar a los niños y niñas o hacer ejercicios espirituales, si primero no hacemos el trabajo de enraizarnos. Es importante abrirnos a la energía Tierra a fin de aterrizar, de no temer a la vida cotidiana.  A veces, a los niños y niñas simplemente no les gusta estar aquí en la Tierra y tienen dificultades para establecerse en su cuerpo físico. Esto se puede traducir, por ejemplo, en una mala relación con la comida, falta de coordinación loc...

Sesiones Live ~ Diseña tu Vida

  Hola a todos! Hoy quiero compartir con ustedes una actualización de mi nuevo proyecto Sesiones en Vivo ‘Diseña tu Vida’ , un espacio donde invitamos a diversos expertos a participar en sesiones en vivo para conversar sobre temas relacionados con el bienestar, el desarrollo personal y mucho más. Cada encuentro tiene como objetivo brindarnos herramientas y reflexiones que nos ayuden a rediseñar nuestra vida de una forma más auténtica y plena. ¿Qué son las Sesiones en Vivo? En ‘Diseña tu Vida’ , cada sesión es una oportunidad para profundizar en temas que nos afectan a todos, como espiritualidad , bienestar emocional , emprendimiento , y relaciones personales . A través de conversaciones con expertos, buscamos compartir sabiduría, consejos prácticos y experiencias que nos ayuden a tomar decisiones más conscientes y a vivir de manera más alineada con nuestra esencia. Lo maravilloso de estas sesiones es que no solo estamos compartiendo conocimientos, sino que también estamos cre...

Clave Terapéutica – Un Espacio de Orientación Real y Cercana

A veces, el malestar llega sin aviso. Otras veces, se instala lentamente hasta volverse cada vez más difícil de sobrellevar. En esos momentos, encontrar apoyo inmediato no siempre es fácil: la espera para una consulta profesional puede ser larga, la duda sobre si realmente necesitas ayuda puede frenarte, o simplemente, puede que no sepas por dónde empezar. Por eso, con 15 años de experiencia en la clínica psicológica , quiero ofrecerte Clave Terapéutica , un espacio de orientación escrita, sin costo, donde recibirás una respuesta personal y profesional de mi parte. Aquí no hay respuestas automáticas ni inteligencia artificial . Hay escucha real, con la intención de brindarte una clave que te ayude a comprender mejor tu situación y a encontrar un primer paso para avanzar. No es terapia, pero sí puede ser un punto de partida para aliviar la incertidumbre y orientarte en lo que necesites. Si estás pasando por un momento difícil y crees que unas palabras pueden marcar la diferencia, comple...