La pareja Por Cristina Romero Miralles

febrero 13, 2013

Existe un consentimiento mutuo, previo al momento en que os encontrasteis físicamente, de Sanar algo el uno en el otro y viceversa.
Tu pareja responde a una llamada que hiciste en algún momento desde tu Inconsciente. Igual que tú respondes a la llamada que tu pareja hizo.
Os estáis haciendo un favor de Alma a Alma al acceder a formar parte de la realidad del otro, de la otra.
Cada uno asume la responsabilidad de Sanar a ambos.
Tu pareja está dentro del campo de tu responsabilidad. Así como nada de lo que existe en tu realidad es ajeno a ti y a tu responsabilidad.
El Amor hacia ese Ser te pone en camino al Amor a ti mismo, pues sois lo mismo, sois UNO.
La idea de que tu pareja no es PERFECTA es una visión equivocada y desajustada de lo que Es. Con vuestra relación tan estrecha tienes una gran oportunidad de Comprender, de una vez por todas, que Es un Ser de Luz, Perfección divina. Como tú también lo eres.
Cuando tienes un conflicto con tu pareja, éste proviene de la ubi cación desde el YO en contraposición a la visión del UNO. Desde tu visión desajustada juzgas, olvidas la Perfección de ese otro Ser. Por eso, cuando eso ocurre, funciona conectarte internamente contigo y decir: “LO SIENTO. TE AMO”.
Concentremos nuestra energía en reconciliar a las dos mitades que no dejan de ser dos expresiones de nosotros mismos. En la polaridad de la pareja que formamos, los opuestos conforman un TODO .
Pongamos atención y energía al proyecto común de pareja. Un proyecto construido desde la Escucha a uno mismo y al otro, desde las compatibilidades de dos sueños vitales que encajan.
Cuando dentro de ese proyecto existe, cabe, el desarrollar una Maternidad y una Paternidad Conscientes, se establece la receptividad necesaria para experimentarnos como madres y padres tal y como nuestros corazones dicten.
Cada género posee cualidades únicas para aportar a la experiencia de la maternidad y la paternidad conscientes. A su vez cada hombre y cada mujer es un Ser único e impera que invente su propio camino.
Actualmente, en una sociedad que propicia una inercia marcadamente patriarcal, es de vital importancia que escuchemos dentro de nosotras mismas cuál es nuestro propio lugar y lo ocupemos, así como que cada hombre se escuche y ocupe el suyo propio.
Alejados de ideas preconcebidas y limitantes de nosotros mismos o del otro.
Permítete, si es lo que deseas como padre, volver a ocupar tu ubicación dentro de la crianza, sin para ello desplazar a la madre del lugar que a ésta corresponde.
Recupera, si está en tu fuero interno, vivirte como un padre Presente en la experiencia de concepción, embarazo, parto, post parto y acompañamiento en la crianza. Presente en el plano mental, en el plano físico, en el plano espiritual y en el plano emocional.
Recupera, si está en tu fuero interno, vivirte como una madre capaz de permitirse disfrutar plenamente la experiencia transformadora de la maternidad. Alejada de ideas limitantes sobre “lo que debes o no sentir, hacer o decir”.
Tratando de revisar en qué nos sirven los roles. Escuchándonos para no invertirlos por inconsciencia y renunciar así al lugar que a cada uno corresponde.
Un lugar que para el hombre, en la primera etapa tras la llegada de la primera criatura, puede tener que ver con permitir la conexión, la fusión, entre madre e hijo y a su vez establecer una antena, un puente, hacia el mundo del “afuera” en el que no todo son bebés y crianza, como tan bien expresa Laura Gutman.
De ese modo la mujer que así lo necesite, puede permitirse adentrarse confiada, desde su conexión intuitiva, en la recién estrenada realidad de explorarse como Madre.
Caminemos conscientemente hacia un hombre y una mujer que se encuentran y reencuentran, en territorios comunes, donde la maternidad y la paternidad puedan ser compartidas y disfrutadas.
Cuando ocurre que una pareja se rompe con un hijo en común, el padre y la madre se separan pero ese hijo sigue uniéndolos toda la vida. Es de vital importancia no descalificar, ni juzgar... Por mucha verdad que creamos ver, si criticamos al padre o a la madre de nuestro hijo, nos estamos ubicando erróneamente desde el “yo”.
El camino con más luz, tras una ruptura, es el Amor con Libertad.De hecho también es la opción más luminosa cuando hay una relación de pareja.
Tu hijo, por mucho que trates de alejarlo de su padre o madre, seguirá unido y formará parte de ese Ser que un día amaste. No trates de dividir internamente a tu hijo.
Rechazando a su padre o a su madre, rechazas una parte de ese niño. Aunque no se lo digas directamente así, tu hijo lo registra de esta manera en su Alma.
También tú seguirás unido/a a ese Ser que te ayudó a concebir a tu hijo y forma parte de lo que eres.
Cada vez que tratas de dañar a tu ex pareja, dañas a tu hijo, te dañas a ti mismo. En su lugar envíale estas palabras internamente: “te perdono, te doy Gracias y te Amo”.
Algún día descubriremos que no podemos experimentar la Verdadera Paz si algo en nosotros sigue sin perdonar algo a alguien...
Algún día descubriremos que Amar al prójimo es Amarnos completamente.

Por Cristina Romero Miralles

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