Los límites como punto de encuentro con los otros

diciembre 03, 2017



El tema de los límites es algo que inquieta a las personas en todos los ámbitos por las consecuencias que se pueden enfrentar al vivirlos, pero también son algo necesario de afrontar si se quiere lograr una sana relación con los otros.
Diferentes estilos de límites y contextos para establecerlos

Tenemos que aprender, por ejemplo,  cómo establecer límites con la pareja, los hijos, el jefe, los empleados.
En el campo del Desarrollo Personal hablamos de las cosas que nos limitan o los límites personales que nos impiden avanzar y que quisiéramos superar.
También hablamos de límites al referirnos aquellas creencias limitantes (que cada uno construye en su interior ), y que  generan malestar e  interrumpen el crecimiento como personas.
Los individuos se cuestionan sobre cuando se debe poner límites o cuándo se deben reducir o eliminar  – por ejemplo, aquellos los límites mentales-, que nos impiden alcanzar algún objetivo importante en nuestra vida, que nos hacen pensar que no podemos, que no somos capaces o que no nos merecemos eso que deseamos.

El miedo de no saber reconocer los límites

Un problema común de las personas es no saber reconocer los propios límites, ni los límites de los demás lo que genera ansiedad y confusión:
– ¿Soy realmente capaz de hacer eso?

– ¿Es justo lo que estoy pidiendo?

– ¿Me estoy extralimitando con mis exigencias y lo estoy dejando de ver a él?

– ¿Puedo respetar los límites que los demás me pongan aunque no me guste?

– ¿Soy yo el que se limita o es el ambiente el que me detiene?

– ¿En quién me convierto cuando decido poner límites?

– ¿En quién me convierto cuando prefiero no correr el riesgo de hacerlo y que pasen por encima?

– ¿Cuáles son los valores que están en juego?

Los límites en la educación

En el campo de la crianza y de la educación – así como en nuestra vida en general -, siempre estamos enfrentándonos a una tensión dos polos:  la autoridad y la permisividad. ¿Hasta dónde es sana una y hasta donde otra? ¿Cuándo la excesiva permisividad, en lugar de ser algo positivo o una expresión de amor  se convierte en  perjudicial para el otro?
Hay una contraposición entre las teorías que establecen que son más sanos los “no límites” frente al modelo  autoritario de generaciones anteriores, donde lo que decían los padres, los profesores, los curas o cualquier otro individuo con la indumentaria de “autoridad” era ley y no se podía cuestionar ni desobedecer, a riesgo de ser duramente castigados.
La realidad es que ni la autoridad ni  la permisidad  son conceptos estáticos, sino diferentes grados dentro de un proceso de convivencia donde un yo se posiciona frente a un tú. 
Los límites, al ser un proceso vivo, cambian, evolucionan o se paralizan.

De acuerdo a la Real Academia Española, Límite viene del latín limes, -ĭtis y significa:
1. m. Línea real o imaginaria que separa dos terrenos, dos países, dos territorios.
Sin límite (s).
1. Que carece de límites.
2. Muy grande, enorme.
3. Con desmesura.
Límite es eso que una persona establece cuando prohíbe algo o se niega a hacer algo

Por ejemplo, en le caso de una madre a su hijo, cuando le prohibirle comer determinada cosa, jugar o realizar cualquier comportamiento en determinados lugares, ver televisión o rayar las paredes.
Un límite es aquello que una persona no está dispuesta a negociar ni a permitir que el otro traspase:

“No te voy a permitir que me trates o me hables de esa manera”.

“No voy a dejar que mis hijos se relacionen con personas que les inculquen ciertos valores”;

“En mi familia se establecen límites claros de lo que se puede o no se puede hacer o decir”.

Diferentes tipos de  límites

Otro aspecto de los límites es que pueden ser establecidos por cada individuo o persona de manera clara o de forma difusa dependiendo de la convicción que se tenga en relación a la creencia de  si es algo adecuado o inadecuado para mí o para los otros y a la convicción de nuestros criterios al respecto.
terapia gestalt síUn límite en lo biológico es nuestra piel. Cada persona “es ella misma” porque puede  percibirse a sí misma dentro de unos límites físicos establecidos por la piel. Lo que está dentro de mi piel, soy yo y lo que esta fuera de ella es “no yo”.
Esos son los límites BIOLÓGICOS, pero también existen los límites PSICOLÓGICOS, es decir, lo que la persona siente o cree que es ella en relación a diferentes aspectos de su personalidad como sus valores, pensamientos, creencias, capacidades, emociones, sentimientos, limitaciones y experiencias, por ejemplo.
Otro límite es el cómo se percibe un individuo en relación con el mundo, lo que lo trasciende, conocer a qué grupo o sociedad pertenece, su profesión, sus creencias religiosas e ideológicas, los roles que juega dentro de su sociedad, lo que lo limita – es decir, lo que lo diferencia de los demás -, también lo conforma.

Claves para profundizar en los límites

¿Dónde se está enfrentando el límite?  Es muy distinto cuando se establece un límite a un niño pequeño dentro de los límites de la casa a cuando se quiere poner un límite a una persona que se quiere meter a la fila del autobús, o a un jefe que no está respetando nuestros límites laborales, como el horario de trabajo.
Tampoco es lo mismo establecer límites con la pareja, que con el compañero de trabajo, con alguno o con ambos de nuestros padres o con un funcionario. También es diferente establecer límites en el hogar, la escuela, la oficina, la iglesia o en un lugar público como un cine o un restaurante.
Es decir, que los límites también son parte de un contexto o escenario y varía la forma de establecerlos, respetarlos o enfrentarlos de uno a otro.
En algunos lugares nos será mucho más sencillo que en otros la manera de identificarlos, establecerlos, comunicarlos y en otros nos será mucho más complicado dependiendo la forma en que nos llevemos con los otros, la confianza que sintamos, el miedo que nos generen las consecuencias de establecer los propios límites o traspasar los límites de otro cuando, por ejemplo, si pensamos que no son justos o que invaden los propios.

Otros aspectos de los límites que es necesario tomar en cuenta y que conviene hacer conscientes son:

¿Qué hay del otro lado del límite que establezco o al que me enfrento?
¿Qué o quién está de un lado y del otro?
¿Del otro lado hay una persona?
¿Quién es esa persona: un padre, un hijo pequeño, un adolescente, un hijo adulto,  una pareja, un policía, un profesor, un médico o un sacerdote?
O se trata de otro tipo de límite como: un asunto económico como no juntar el dinero para la hipoteca; la pérdida del empleo; el desconocimiento del idioma en el extranjero; las costumbres de un lugar desconocido; una enfermedad; o una circunstancia de emergencia como atropellar a alguien, que el carro se haya averiado en una carretera solitaria.

Transformar los límites de un problema de imposición a un asunto de estrategia en la negociación de necesidades

El límite, en relación a un encuentro con otro, también puede ser un factor que provoque una experiencia cordial, respetuosa y constructiva  o una conflictiva y destructiva, dependiendo de la manera en que la establezcamos.
Podemos modificar la tensión que genera el límite cuando se establece desde la posición autoridad – ser sumiso, planteándolo desde una perspectiva  donde dos personas con los mismos derechos de ser considerados  como sujetos dignos y merecedores, por igual  de respeto, nos encontramos, en un tiempo y un espacio determinados, desde mi necesidad y tu necesidad.
De esta manera, al soltar el rol de superior – inferior; autoridad – subordinado, transitamos de un conflicto de comunicación a una experiencia de estrategia.

Contextos en las que se presenta la necesidad de establecer un límite

Existen infinitas situaciones que se presentan todo el tiempo y  en cualquier ámbito, algunos ejemplos serían:
–  Que tú deseas tener relaciones sexuales y tu pareja no.
–  Que tu hijo quiere ir al parque y tú necesitas terminar algo en casa.
–  Que tu jefe te exige que te quedes en el trabajo y tú deseas que se respete tu horario y disponer libremente de tu tiempo.
–  Que necesites una información y otra persona se niegue a dártela.
–  Que un producto o servicio por el que has pagado no cumpla tus expectativas y el vendedor se niegue a devolverte tu dinero.
–   Cuando necesitas silencio y tranquilidad para concentrarte en la lectura y en la casa de al lado tengan la música a alto volumen.
–   Cuando necesitas transitar por una calle y un grupo de manifestantes obstruyan el paso.
–   Que tu hijo adolescente te pida que aumentes su mesada para su diversión.
Muchas veces podemos estar pidiendo desde necesidades y en otras  no resultan tan claras. ¿Cuál es la forma de establecer los límites? Al ser los límites un proceso vivo y en movimiento, como ya se mencionó, en realidad, no existe ni puede existir una respuesta que sea la correcta.

Encontrar un punto de contacto y equilibrio entre las partes

Un elemento muy importante a considerar en el establecimiento de límites claros y justos es plantearse  cuestiones como:
– ¿Cuáles son los recursos disponibles que tenemos las personas para encontrarnos con el otro sin diluirnos por no reconocer donde empiezan o terminan los límites de cada uno?

o también:
– ¿Cómo evitar extraviarnos en discusiones, conflictos o negociaciones que no llegan a ningún lado o que dejan a una o a las dos partes inconformes, por no sentir que se está llegando a un acuerdo justo para ambos?

Algunas posibilidades son:

Tener una visión de los límites proceso vivo y flexible. Ser conscientes de cuestiones tales como:

–       ¿Qué esta sucediendo ahora?
–       ¿Dentro de qué contexto?
Visión del límite como punto de contacto:

 –       ¿cómo me siento yo y cómo se siente el otro? ¿cómodo o incómodo?
 Lugar y momento de encuentro:

–       ¿Este es el mejor momento y lugar para negociar los límites?
Las preguntas nutritivas en este caso son:

¿A qué digo sí cuando te digo no y viceversa?

¿Desde que convicciones, creencias y valores lo hago?

¿Cómo transmito esos valores?

¿Qué valores transmito cuando digo no?

¿Qué valores transmito en el “cómo” te digo que no?

Estos cuestionamientos ayudarán a tener más clara la situación del “límite” más sano y cómodo entre tú y los demás y ayudan a encontrar las respuestas necesarias.

La escucha y la interacción enriquecen las respuestas

Para integrar realmente el conocimiento, hace falta trabajar y dedicar tiempo y espacio para que lo que comprendemos con  la cabeza se integre como un recurso personal, modelo de respuesta o un hábito que nos estructure a nosotros y al entorno en donde vivimos.

Fuente: Psicología Granollers
Enlace: http://psicologiagranollers.blogspot.mx/2012/06/el-limite-como-punto-de-encuentro-con.html

You Might Also Like

0 comentarios

Vistas de página en total

Síguenos en Facebook

Subscribe