El dinero y nuestras creencias

octubre 08, 2017



Lo que no podemos ver de este mundo es muchísimo más poderoso que cualquier cosa que podamos ver. 

Pensemos en un añoso y gigante roble. Usted lo ve gigante, bien plantado, enraizado y contundente. Ahora bien; vino un fuerte viento y lo arrancó, lo hizo volar. El viento es aire. Bien. Usted, al aire, ¿lo ve? ¿O más bien ve sus efectos? 

Como dicen los Maestros: "es el viento el que mueve al árbol". Entre los dos, gana el invisible. Como siempre. Aunque usted se resista a creer. 

Tomemos al ejemplo de la electricidad además del aire. Ambos se parecen pues son energías contundentes e invisibles. Sí podemos ver sus efectos, pero no las podemos ver a ellas. No obstante, no podemos negar su existencia. 

Negar el poder de lo invisible nos producirá más tarde o más temprano problemas: ¿Por qué? Porque estamos yendo en contra de las leyes de la naturaleza, según las cuales lo que hay debajo del suelo (lo invisible, la semilla) crea lo que está por encima de él (lo visible, los frutos). 

Como formamos parte de la naturaleza, no estamos por encima de sus leyes. Por consiguiente, cuando nos alineamos con dichas leyes y trabajamos en nuestras raíces - nuestro mundo interior - la vida fluye armoniosamente.
Parte de la armonía natural implica que el hombre fluya con las energías básicas, las energías que gobiernan la supervivencia. Y el dinero es una de ellas

El dinero es la energía de supervivencia por excelencia.
Que la energía dinero aparezca en nuestra vida manifestada (en lo externo) tiene que ver con lo in-manifiesto, o sea, lo invisible, nuestro mundo interno.
¿Cree usted acaso que el dinero es visible? Bueno, lo es ¡en una minima parte! Por ejemplo: Los miles de miles de millones que existen en cada banco del mundo... ¿usted cree que existen en forma constante y sonante? Permítame decirle que no.
¿Cree usted que existe una caja llena de billetes para cada cliente de cada banco del mundo? Por supuesto que no es así.
Del dinero, lo único que vemos es un porcentaje mínimo. La suficiente para sostener el flujo diario de circulante necesario. 

Ese dinero que se manifiesta en papel es la representación de una creencia individual y colectiva.
El que tiene millones de pesos, es el dueño de esos millones pero no tiene a todos los miles de millones de billetes que hacen a esa suma; simplemente porque esas cantidades no existen fijas en ninguna parte.
Repito: el dinero en su mayor parte es una creencia. Es un acuerdo tácito entre muchas personas, una cosa que damos por hecha. Pero nunca dudamos de que si nuestra cuenta corriente dice que tenemos 100 pesos en ella, al ir a extraerlos pueden no estar. 

Si a nivel masivo comienza a fluir miedo y ese acuerdo tácito se quiebra, la energía miedo comienza a contraer a la energía dinero y vemos algo que afortunadamente, no sucede todos los días y es que el banco, no tiene dinero para darnos.
De hecho, el circulante, el que usted ve es sólo un 4 % de todo el que circula en el mundo. Esos billetes hoy están aquí, luego van a otro lado. Es una energía de circulación, no de acumulación

Como toda energía, cuando se la intenta detener, frenar su flujo, ¡aparecen los problemas!
Se insiste: tener dinero en una cuenta no implica que el dinero esté físicamente en ella. No obstante, usted sabe y tiene todos los comprobantes que declaran que usted posee tanta cantidad de dinero en esa cuenta.
Esto es tan así que el día que usted quiere retirarlo debe avisar con anterioridad al banco para que la institución lo colecte y lo ponga de manifiesto. Hasta que esto no se produzca, usted lo único que tiene es un papel que dice que en su cuenta existe tanto dinero. Y usted lo cree. Y el banco lo cree. Entonces funciona.
¿Por qué? Por que el dinero es una creencia

En función de estos nuevos paradigmas, usted debe saber que es posible desmantelar las semillas que hacen que en el plano externo usted manifieste poco o mucho de este fruto.
Si a usted el dinero le fluye abundantemente, es señal manifiesta de que usted está alineado con lo que es, es decir, con un universo que es abundancia infinita, entonces existe consistencia entre usted y las leyes de ese Universo que es sólo abundante. Infinitamente abundante. 

De lo contrario, si usted experimenta carencia, hay algo que está fuera de sintonía o desalineado con lo que es. 

Ahora bien, más allá de dónde esté usted parado hoy, de su edad, de sus posibilidades, de su historia personal, le digo: Es inútil poner la atención en los frutos que ya hemos cultivado pues no podemos cambiar los que ya cuelgan del árbol. No obstante, sí podemos cambiar los frutos del mañana.
Para hacerlo, deberemos trabajar debajo del suelo y operar en el campo de las raíces. Nuevamente, su mundo interno. 

Puede decirme y lo escucho a diario, que ha probado con ingentes cantidades de cursos sobre abundancia y prosperidadley de atracción, etc. etc. Lo sé. No es que no funcionen. Solamente que no funcionan para la mayoría de los mortales.
Si funcionaran para todos estaríamos caminando entre ricos y dichosos. Nos toparíamos con personas abundantes, prósperas y plenas cada día, sin embargo, lamentablemente, ésta no es la realidad. Al menos en la mayoría de los casos. 

Razones para esto hay.
No vivimos en un único plano de existencia. Vivimos en - al menos - 4 esferas distintas, a la vez. Plano Físico, Mental (cognitiivo), Emocional y Espiritual. Lo que no advertimos es que la esfera física es simplemente una impresión de las otras tres.
La impresión es una manifestación en el mundo visible de un software o programa que se encuentra implantado en el plano invisible, en el campo quántico.
En nuestra vida, todo es un resultado. El dinero en su billetera lo es. Su falta también. El dinero es el resultado manifiesto de softwares que están activos, son las semillas que plantamos.
No sólo nuestro flujo de dinero es un fruto, también lo es nuestra enfermedad, nuestro sobrepeso, nuestras malas relaciones, nuestros problemas a repetición, etc.
En consecuencia podemos concluir que si las cosas no van bien en nuestra vida exterior (plano visible) es porque tampoco están bien en nuestra vida interior (plano invisible). 

Siempre estamos a tiempo para sembrar, así como también para arrancar las semillas que plantamos en forma inconciente, aleatoria y sin enfocarnos en los frutos.
Tal vez usted ni siquiera se detuvo alguna vez a preguntarse qué semillas está usted plantando. Es muy posible, porque vivimos en piloto automático. Pero a partir del 2012, los paradigmas se dieron vuelta, los tiempos y los espacios se modificaron, las leyes que fueron, ya no son.
Lo invito a que se dé de baja a lo viejo, a lo que ya no es y se dé de alta a la nueva vibración, hecha no de sacrificio y fuerza sino de inteligencia e información. 

Pregúntese. ¿Qué software estuvo usted activando en su vida?
Para saberlo, simplemente vea lo que hay manifestado en su cotidianeidad. ¿Hay mediocridad, frustración recurrente o carencia de lo que sea? 

En el universo la ley es abundancia de todo lo bueno. No hay otra versión. Hay una única versión la cual da creación al universo. El campo quántico.
No existe la carencia. Si no lo cree, lo invito a que observe a la naturaleza y a su repetición perfecta en forma infinita. 

La carencia de algo es real porque es fruto de vivir en un universo paralelo, limitado, inventado por la masa crítica de personas que creen en la carencia. 

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