La deuda más importante que podemos sentir hacia nuestros ancestros es la deuda de “lealtad familiar” que siente todo niño hacia sus padres, por el amor y los cuidados que le han prodigado durante toda su infancia, por el simple hecho de que gracias a ellos hemos llegado a este mundo, y que nos permiten vivir con ellos hasta volvernos adultos. Por supuesto que no todos los padres son buenos padres, pero eso no interesa, pues este sentimiento de “lealtad familiar” es tan fuerte que aún lo sentimos hacia aquellos padres que han sido despreciables y que odiamos. Y el modo que la vida ha inventado para que podamos liberarnos de esa deuda transgeneracional, es que todos los cuidados y atenciones que hemos recibido de nuestros padres se los pasemos a nuestros hijos. Claro está que aún cuando llegamos a adultos y tenemos nuestros propios hijos, la “lealtad familiar” sigue existiendo, y es lo que nos hace cuidar de nuestros padres cuando se vuelven ancianos. Y existe una versión aú...
Lic. en Psicología Alexandra Rovetta | Psicoterapia sistémica y acompañamiento para el autoconocimiento, el bienestar emocional y la construcción de una vida con sentido. Sesiones online y presenciales.