Hijos adoptados - La Herida Primaria - Entrevista a Nancy Verrier

septiembre 20, 2015

“The Primal Wound (La Herida Primaria), publicado en 1993, trajo luz a nuestros conocimientos sobre la psicología prenatal y revolucionó la manera en que pensamos la adopción.

Esta mirada clara y honesta sobre los efectos de la separación y el dolor de la pérdida, ha ayudado a los hijos adoptivos, sus padres biológicos y su familia adoptiva, a SANAR.

Cuando escribí “La Herida Primaria” en 1993 sentí que había una falta real de información sobre cómo un niño se ve afectado por la separación de su madre biológica. En realidad, cuando lo escribí por primera vez fue una tesis para mi Maestría en 1986, y fue luego de haber dado una charla en la Conferencia del Congreso Norteamericano de Adopción en California, que mucha gente me dijo: “tenés que escribir esto en un libro porque necesitamos subrayarlo y absorberlo”. La gente necesita saber sobre esto, mucha gente se sintió muy comprendida cuando me escucharon hablar sobre el legado de haber sido dada en adopción y de haber sido separada de la madre biológica.

Creo que hay un poquito más de concientización respecto de la herida primaria, y cómo los bebés se ven afectados cuando son separados de sus madres, y no sólo cuando son adoptados, sino, también, al estar en incubadoras apenas recién nacidos, o cuando los padres se van de vacaciones por dos semanas sin el bebé, cuando éste tiene sólo dos meses; este tipo de cosas afectarán al niño porque los bebés tan pequeños no entienden sobre permanencia. Cada vez que su madre se va, temen que se haya ido para siempre.
En el caso de los adoptados, les sucede algo extra porque no sólo su madre no regresará nunca, sino que llegan a una familia con la que pueden tener pocas huellas en común, y entonces, deben iniciar su vida adaptándose a algo que pueden sentir que no es muy congruente con lo que sienten por dentro. Sufren un primer trauma enorme al ser separados de su madre biológica, y luego sufren un tipo de trauma crónico constante, al tratar de descubrir, cómo ser cada día de sus vidas dentro de esa familia, y no creo que la gente lo comprenda demasiado.

Con respecto a los padres, aman al niño, desean que se sienta miembro de la familia, lo consideran un miembro de la familia y no piensan demasiado cuán diferente el niño puede ser, y creo que parte de eso surge de nuestra creencia de la naturaleza vs. la crianza. Si tan sólo los criamos como se debe, serán como nosotros; bueno, entonces, por supuesto, son cada vez más parecidos a nosotros, pero eso tal vez pueda significar que sean cada vez menos ellos mismos.
La adaptación es algo que, de hecho, todos hacemos hasta cierto punto, pero cuando vivís en una familia en la que de alguna manera no te sentís reflejado realmente, sentís: “bueno, ¿está bien ser yo?, ¿encajo?”

Está todo este proceso de tratar de descubrir cómo encajar, y por supuesto, algunas familias encajan mejor que otras. Algunos niños no necesitan adaptarse tanto como otros niños sí deben hacerlo. Pero si estás en una familia donde te sentís muy diferente, - y he hablado con adoptados que lo han estado - es muy difícil cada día intentar saber cómo ser en esa familia, de manera tal de no sufrir la misma experiencia de ser expulsado o rechazado otra vez, como lo sintieron al inicio de sus vidas.

Creo que hay una comprensión mayor respecto de que la gente necesita tener información sobre sí misma. En lo que a mí respecta, lo considero un derecho civil y un derecho humano, y no puedo entender porqué no todos pueden acceder a saber quiénes son. No entiendo porqué en este país,  nos está llevando tanto tiempo llegar a este punto. Toda persona en el mundo tiene derecho de saber cuál es su historia, cuáles son sus ancestros.

Una mujer adoptada me contó que estaba hablando con sus padres adoptivos y les dijo: “Mamá y papá; sí, uds., son mi mamá y mi papá, pero sus ancestros no son mis ancestros”; y esta es la cuestión. Aman a sus abuelos de ambos lados de la familia, aman a sus primos y sus tíos y tías y demás pero no hay linaje. Ese trozo de papel es un papel sociológico legal, no un papel biológico o incluso psicológico, y no tiene que ver ni con la biología ni la psicología del niño o de la persona; por lo tanto, no entiendo porqué nos está llevando tanto tiempo considerar la apertura de los registros de adopción; la mayoría de los países lo ha hecho ya, hace tiempo atrás.

No es que se complique para la gente cuando se abren los archivos, no es gran cosa; no es que los adoptados van a decir: mis padres adoptivos no son más mis padres, o algo por el estilo. Entonces, no entiendo por qué se hace difícil para la gente entenderlo. Cuando hablas con la gente frente a frente, y les explicas que es importante para los adoptados saber quiénes son, lo entienden inmediatamente.  Nadie ha discutido esto conmigo. Dicen: “por supuesto que es importante; por supuesto que deben saber quiénes son”. Pero cuando entrás en el ámbito de la legislación, te encuentras con un puñado de abogados que hablan sobre esto, y tienen dificultades con ello: una de las cuestiones que siempre mencionan es sobre la confidencialidad que se le prometió a la madre biológica. A ninguna de las madres biológicas con las cuales hablé se les prometió nunca nada; ellas han sido amenazadas y se les ha dicho: “ahora el bebé tiene una nueva familia, y esa familia no quiere saber sobre ud., así que no aparezca para molestarlos de aquí en adelante”; y muchas de ellas temen buscar, porque cada vez que piensan en ello, regresan a cuando tenían 16 años y piensan que se supone que no deberían hacerlo. Es ridículo. No se les prometió confidencialidad, se les dijo que no debían interferir con la nueva familia.

Entonces muchas de las huellas tienen que ver con el cuerpo; la reacción del cuerpo a cierto tipo de emociones. Como sabemos, el cuerpo, la mente y el espíritu no están tan desconectados como nos habían llevado a creer en el pasado. Es todo parte de un sistema dentro nuestro; entonces si experimentas un trauma en tu vida, éste produce cierta química en tu cuerpo ante la cual reaccionan las diferentes partes de tu cuerpo, y diversas cuestiones suceden como resultado de ese trauma. Una persona puede sentirse mal del estómago, tener dolores de cabeza, presentar problemas de piel; todas estas cuestiones pueden ser resultado de una experiencia emocional, o traumática. Por lo tanto, las huellas somáticas están relacionadas a la manera en que el cuerpo reacciona ante el trauma, u otro tipo de emociones.

Un bebé que se queda con su madre al nacer, tendrá una experiencia totalmente diferente a aquél que es separado inmediatamente de ella, y no sabe a dónde se fue. Por lo tanto las conexiones neurológicas serán muy diferentes en los dos bebés. Lo que sucede es que cuando estas emociones quedan impresas en el sistema neurológico, seguimos reaccionando una y otra vez, aún si no están sucediendo en el presente. Es una respuesta a un viejo disparador. Por ejemplo, muchos adoptados se sienten rechazados con facilidad; si alguien no los mira de la manera adecuada, ya se sienten rechazados, porque esto dispara aquel rechazo que sintieron de su madre cuando desapareció.
Muchos niños cuando ven que su madre no llega a buscarlos al colegio, sienten que no volverá; otros niños  no sienten eso, simplemente dicen: “está retrasada otra vez”. Un niño que ha experimentado el abandono al inicio de su vida, sigue pensando que esto sucederá una y otra vez. La parte más frustrante en lo que se refiere a la memoria, es la memoria implícita, que es una memoria que no recordamos pero que está siempre allí. Lo que sucedió en el primer año de vida cuando no tenemos memoria explícita, tiene que ver con nuestras respuestas emocionales, nuestro sentido sobre nosotros mismos y los otros; con la manera en que vemos al mundo y nuestras actitudes hacia él, y hacia los otros. Y aún así, no recordamos en absoluto, qué fue lo que sucedió.
¿Cuántos adoptados recuerdan el momento en que la madre los dejó? No, no lo recuerdan y sin embargo, sabían, en aquel momento, que algo faltaba. Los bebés conocen a sus madres, y por lo tanto saben que quien estaba allí, no era la misma persona. Y esto es una diferencia para ellos."


Entre ellos se refiere a la "personalidad" y al "comportamiento" de una persona adoptada.
Debo sincerarme y decir que me siento muy identificada con esta parte porque recién ahora, después de haber comenzado mi búsqueda, me he dado cuenta de esa adaptación que estuvo presente en mí siempre. Es como despertar a un autoconocimiento que antes estaba silenciado. Con la búsqueda empecé a conocerme más, a pensar qué me gusta y qué no, qué quiero, y qué no. Y a no tratar de ser aceptada siempre, porque no hay nada de malo si a alguien no le gusta cómo soy, o no tiene afinidad conmigo. Espero que ayude a  muchos que, como yo, están en el mismo camino.
Esta mirada clara y honesta, sobre los efectos de la separación y el dolor de la pérdida, ha ayudado a los hijos adoptivos, sus padres biológicos y su familia adoptiva, a SANAR.
“Creo que es importante la manera en que se tratan las adopciones; sin embargo, no creo que modifique la herida primaria: si la madre que dió a luz al bebé no es la que va a cuidarlo, el bebé tendrá esa herida .

Ahora, la manera en que la nueva madre maneje esa situación es muy relevante, porque una de las cuestiones que los bebés desconocen es la de, “auto-regulación”; no saben cómo regular sus emociones, y la madre puede ayudar mediante lo que llamamos “apego”.  Las madres están en sintonía con sus bebés, y saben qué es lo que les pasa, saben cómo calmarlos, y una vez que un bebé es calmado mil veces, él aprenderá a calmarse asimismo; pero, si la madre desconoce totalmente lo que le sucede a este bebé, no podrá calmarlo en la forma en que él lo necesita, y  ese sentimiento, esa añoranza, ese vacío,  estará siempre presente.  El sentimiento de que nadie se da cuenta de ello, nadie entiende.

Es  muy importante que la nueva madre adoptiva, acepte el hecho de que ese bebé, realmente quiere a su primera mamá, y que ella reconozca  ese sentimiento de su bebé, y empatice con su pérdida. Si hace eso, habrá una respuesta mucho mejor hacia ella, porque cuando hablo con adoptados que tienen una relación muy cercana a sus padres adoptivos, son aquellos cuyos padres intentaron comprenderlos y validaron sus sentimientos; porque no vas a tener el mismo tipo de vínculo con la madre adoptiva, que aquel que tuviste con la biológica, ya que ha habido una interrupción en el vínculo inicial, y el niño pierde la confianza, además de que el vínculo es físico, y hay una conexión genética; por lo tanto, sí será un vínculo diferente.
La mejor forma en que una madre adoptiva puede estar en sintonía con su hijo, es pudiendo aceptar lo que el bebé está experimentando, y calmarlo, por lo que está sucediendo.
Una de las cuestiones que descubrí, luego de dar a luz a mi segunda hija, fue que  me dí cuenta lo que puede haber experimentado mi primera hija al ser separada de su madre biológica, y lo que debe haber sido para su madre biológica, haberse separado de ella. Es  una tremenda, tremenda pérdida. (se emociona y hablan con la periodista, sobre cuánto tiempo ha pasado{{Pause=2}}32 años).

Es una conexión muy, muy humana, que nunca debería romperse.
Una de las cuestiones que creo debemos distinguir, es entre “personalidad” y “comportamiento”, porque creo que muchos padres adoptivos, no tienen idea de cuál es la personalidad de sus hijos. Ven mucho su comportamiento.
A veces ven el comportamiento rebelde, a veces ven el comportamiento complaciente . Y muchas veces es muy difícil ver detrás de ello, y llegar a la personalidad, porque la personalidad no ha sido estimulada. Esto no quiere decir que los padres adoptivos hayan dicho: “tienes que ser de esta manera o de esta otra”; pero cuando lo primero que te sucedió en la vida es que tu madre desapareció, ¿qué es lo que hacen los niños? Se culpan así mismos por ello; piensan: “yo debo haber causado esto”, “yo debo haber hecho que papá y mamá se divorcien”; por lo tanto los adoptados suelen creer que la razón por la cual la madre los dejó, es porque había algo malo en ellos; no es un pensamiento; es, mejor dicho, una creencia muy profunda. Entonces, lo que quieren hacer, es asegurarse de que esto no ocurra otra vez, y como no hicieron nada en realidad para que ello sucediera porque eran bebés, piensan que tiene que ver con lo que ellos son. Por lo tanto hay una razón enorme para tratar de adaptarse a esa familia y no permitir que nadie, realmente descubra cómo son.
Parte de lo que sucede con las personas adoptadas, es que lo que se ve, es un comportamiento  de adaptación para afrontar la situación. Cada vez que hay un trauma, existe este comportamiento. Se lo puede ver en una mujer de 30 años que ha sido violada, por ejemplo. Se vuelve muy desconfiada, no va a ningún lado, se mantiene segura, se queda en lugares seguros, ya no se acerca demasiado a la gente, y se transforma en alguien muy diferente a la que era dos años antes.  Pero ella sabe que no es así, ella sabe que hace dos años atrás era diferente, y puede recurrir a esa persona que fue como su "yo verdadero", su "yo auténtico", y sabe que si su comportamiento cambió, ha sido por lo que le sucedió.  A las personas adoptadas, el trauma les ocurrió recién nacidos, o, a la mayoría de ellos; por lo tanto, no tienen un punto de referencia para establecer quiénes son, cómo eran antes de que el trauma sucediera.  Por lo tanto, también ellos están confundidos con respecto a quiénes son: no saben quiénes son.
En algunos seminarios que realizo sobre "¿Quién soy yo?" cuando les pregunto qué les gusta, cuáles son sus creencias, muchos de ellos no es sólo que no desean que el otro sepa quiénes son, sino que no se conocen así mismos.  En primer lugar, temen comprometerse en decir qué color les gusta más, y siempre tratan de estudiar su alrededor para ver qué están haciendo los demás, qué sería correcto decir, qué es lo que el otro quiere que diga. Por lo tanto, quién es esa persona, muchas veces es un misterio.  Por supuesto, hay adoptados que muestran más su personalidad que otros, y que se sienten muy bien en sus familias, por lo que se muestran más, pero muchos se contienen. Creo que la personalidad se encuentra más inhibida en las familias adoptivas . Sin embargo, se encuentran muchos mecanismos de adaptación, y eso es lo que la gente ve con más frecuencia. La parte del comportamiento. El comportamiento es una forma de comunicación. Intentamos que alguien entienda algo porque aunque el trauma haya ocurrido en gente mayor, con frecuencia no existen las palabras, no se sabe cómo  describirlo.
La gente dirá, ¿pero por qué no va con alguien y habla del tema?  Pero... a ver... el trauma silencia todas las habilidades verbales; hay muchas imágenes, muchas sensaciones que la persona obtiene como resultado del trauma, pero a veces las palabras parecen no estar allí, y por supuesto, cuando ese trauma ocurrió en una etapa pre-verbal, es muy difícil para los adoptados explicar lo que les está sucediendo, o cómo se sienten. Mucha gente me pregunta, por qué he escrito un libro sobre adoptados si no soy adoptada. Bueno, creo que un adoptado no podría haberlo escrito, porque tiene que ver con las palabras. Pueden entenderlo cuando lo leen, pero poder poner esos sentimientos y sensaciones por escrito no es algo fácil para alguien que ha sido traumatizado.  Las metáforas o el arte puede funcionar mejor,  pero verbalizar qué fue lo que sucedió, y cómo respondieron a ello, es muy difícil.
Por supuesto, hay padres adoptivos que quieren que sus hijos sean de cierto modo, o actúen de cierto modo, o sigan cierta profesión, pero eso ocurre también en las familias biológicas donde hay mucho control sobre cómo debería desarrollarse un hijo. Las familias desean que sus hijos sean auténticos, pero los hijos temen serlo porque infieren que esa fue la razón por la que fueron expulsados del paraíso la primera vez."
Traducido por, Patri, de http://completandomihistoria.blogspot.com
Corrección de la traducción, libres de ser sin miedos y sin temor.

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