Como enseñar al niño a resolver conflictos

marzo 23, 2015

Un conflicto puede entenderse como una situación o circunstancia que implica un problema o una dificultad. Puede ser individual (con uno mismo) o social (intervienen varias partes)
Lo habitual es que el conflicto produzca sentimientos negativos como incomodidad, mal humor, impotencia, ansiedad, etc. Y puede provocar enfrentamientos, situaciones de discrepancia y tensión.
El conflicto por lo tanto suele ser valorado como algo negativo que tiende a evitarse. Pero un conflicto puede entenderse como una oportunidad de aprendizaje. Es una oportunidad para aprender habilidades sociales y competencias de negociación, de empatía, respeto, negociación, escucha y toma de decisiones, entre otras.
Por ello es fundamental aprovechar los conflictos que se les presenten a los más pequeños y utilizarlos para enseñarles a enfrentarse a las situaciones de la vida. Ya que nos guste o no, a lo largo de la vida se les presentaran diferentes conflictos. Si tienen las habilidades necesarias, para resolverlos de forma constructiva, a través del dialogo y la negociación, alcanzaran importantes metas.
¿CÓMO PODEMOS ENSEÑAR A LOS NIÑOS Y NIÑAS A RESOLVER LOS CONFLICTOS?
  • Haz de ejemplo. Ante cualquier conflicto que se presente,  como adultos, con los pequeños o con otros adultos. Los niños imitan nuestra forma de actuar, si queremos que resuelvan de forma respetuosa sus conflictos, sin gritos, golpes o rabietas, debemos hacer lo mismo. Ser respetuosos ante cualquier conflicto, utilizar el dialogo y la comunicación y buscar soluciones constructivas.
  • Favorece la comunicación en el niño o niña. Es importante no llegar al extremo opuesto a los golpes y rabietas. El pequeño ha de saber exponer su punto de vista y saber resolver las situaciones que no le gustan. Deja que se exprese y comunique lo que no le gusta, empújale a ello.
  • Simula situaciones en casa. Puedes utilizar conflictos reales que tenga el niño o inventarlos. Cualquier conflicto con un compañero de clase vale, etc.
Veamos un ejemplo: Daniel, se queja de que un amiguito le quita los juguetes en el parque y no se los devuelve. Practicamos con el niño la situación. Asumimos los diferentes papeles que luego intercambiaremos, en primer lugar nosotros hacemos del amiguito que le quita los juguetes y le pedimos a Daniel que actúe como suele hacer. Le explicamos, formas de actuar incorrectas (si no te gusta no te quedes callado, tampoco le golpees o le quites sus juguetes) y formas correctas (si te molesta dile de forma firme a tu amigo que podéis jugar ambos con los juguetes, pero que ha de devolvértelos). Cambiamos los papeles, hacemos de Daniel y le mostramos una forma de responder y finalmente le pedimos a él que responda así.
  • Utilizar los conflictos que surjan en el hogar. En una familia es normal que surjan muchos conflictos. Cuando alguno surge podemos emplearlos para enseñar al niño o niña como actuar.  En lugar de simplemente reñirle, explicarle lo que debe hacer la próxima vez.
Por ejemplo: dos hermanas adolescentes, tienen un conflicto porque una de ellas ha cogido una prenda de ropa del armario de su hermana sin su permiso. Hablaremos con ambas, “la próxima vez que quieras algo de tu hermana pídele permiso antes, por si ella lo necesita” “si ambas os prestáis las cosas salís ganando, si tu hermana te pide la camiseta déjasela, y mañana podrás tu utilizar también su ropa”
  • Da diferentes opciones. Ofrece diferentes opciones  (dos o tres opciones) y deja que el niño decida. Veamos un ejemplo: 
  • Practica los siguientes pasos para solucionar conflictos con ellos:
    1. Identifica el conflicto. Habla de ello objetivamente. ¿qué ha ocurrido? ¿qué personas están implicadas?
    2. Expresa como te sientes. Habla con el niño, pídele que cuente como se siente, cuéntale (si estas implicado en el conflicto), como te has sentido.
    • De esta forma ayudas a desarrollar su empatía.
    • Utiliza los mensajes yo y no los mensajes tú, es decir evita decir tú has hecho esto mal, cámbialo por yo me he sentido mal.
    • Un ejemplo: tienes que trabajar en casa y los niños están jugando y haciendo ruido. No les digas “tú te estás portando mal”, cámbialo por “yo no puedo trabajar y concentrarme porque hay mucho ruido y eso me molesta”.
    1. Expresa las necesidades de ambas partes. Es importante que ambas partes se escuchen.  En el ejemplo anterior : “yo necesito trabajar” “vosotros queréis jugar”
    2. Crea con ellos una lluvia de ideas. Puedes preguntarles ¿qué podemos hacer? y proponer entre todos diferentes opciones.
    • Yo puedo dejar de trabajar y hacerlo más tarde
    • Vosotros podéis dejar de jugar y estar tranquilos
    • Vosotros podéis jugar en otro lugar, mientras yo trabajo y luego jugare con vosotros.
    1. Piensa y razona con ellos, las ventajas e inconvenientes de cada opción. Las cosas malas y buenas.
    • Yo puedo dejar de trabajar y hacerlo más tarde. Vosotros jugáis pero yo no termino mi trabajo y tendré que hacerlo mas tarde.
    • Vosotros podéis dejar de jugar y estar tranquilos. Yo podre terminar mi trabajo, pero vosotros estaréis aburridos.
    • Vosotros podéis jugar en otro lugar, mientras yo trabajo y luego jugare con vosotros. Yo termino mi trabajo, vosotros podéis estar entretenidos, cuando termine todos pasaremos un buen rato juntos.
    1. Elige entre todos la opción que parece mejor. En la que no se trata de que nadie gane a nadie, sino en llegar a un consenso y un acuerdo.
    • Vosotros podéis jugar en otro lugar, mientras yo trabajo y luego jugare con vosotros. Yo termino mi trabajo, vosotros podéis estar entretenidos, cuando termine todos pasaremos un buen rato juntos.
    1. Lleva a cabo la solución escogida y una vez hecho, valora lo ocurrido.
Por Celia Rodriguez Ruiz para el Portal Educativo Educapeques

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