Un conflicto puede entenderse como una situación o circunstancia que implica un problema o una dificultad. Puede ser individual (con uno mismo) o social (intervienen varias partes) Lo habitual es que el conflicto produzca sentimientos negativos como incomodidad, mal humor, impotencia, ansiedad, etc. Y puede provocar enfrentamientos, situaciones de discrepancia y tensión. El conflicto por lo tanto suele ser valorado como algo negativo que tiende a evitarse. Pero un conflicto puede entenderse como una oportunidad de aprendizaje. Es una oportunidad para aprender habilidades sociales y competencias de negociación, de empatía, respeto, negociación, escucha y toma de decisiones, entre otras. Por ello es fundamental aprovechar los conflictos que se les presenten a los más pequeños y utilizarlos para enseñarles a enfrentarse a las situaciones de la vida. Ya que nos guste o no, a lo largo de la vida se les presentaran diferentes conflictos. Si tienen las habilidades necesarias, para re...
Lic. en Psicología Alexandra Rovetta | Psicoterapia sistémica y acompañamiento para el autoconocimiento, el bienestar emocional y la construcción de una vida con sentido. Sesiones online y presenciales.