¿Qué son las rabietas?
julio 20, 2014
Les comparto un material que prepare para colaborar con una nota sobre rabietas, berrinches, en el menu notas podrán leerla.
Se dice que cuando el niño nace, significa su primera autonomía, autonomía física, porque él aún se encuentra en completa fusión y dependencia absoluta con su madre. Esto nos habla de que cuando nacemos aún somos inmaduros y necesitamos de un otro para poder sobrevivir, de aquí que los humanos somos seres altriciales. Necesitamos que nos cuide un otro en los primeros años de nuestras vidas, asimismo nuestro cerebro al nacer aun no esta maduro conforme vamos creciendo y en función de las experiencias que vamos viviendo este ira madurando.
Entre los 2 años y los 4 se produce la finalización de la mielinización del córtex, esto nos dice que a estas edades el niño ya está capacitado para hablar, razonar, tener memoria episódica, etc., dado que todas estas destrezas dependen del córtex cerebral.
Se dice que cuando el niño nace, significa su primera autonomía, autonomía física, porque él aún se encuentra en completa fusión y dependencia absoluta con su madre. Esto nos habla de que cuando nacemos aún somos inmaduros y necesitamos de un otro para poder sobrevivir, de aquí que los humanos somos seres altriciales. Necesitamos que nos cuide un otro en los primeros años de nuestras vidas, asimismo nuestro cerebro al nacer aun no esta maduro conforme vamos creciendo y en función de las experiencias que vamos viviendo este ira madurando.
Entre los 2 años y los 4 se produce la finalización de la mielinización del córtex, esto nos dice que a estas edades el niño ya está capacitado para hablar, razonar, tener memoria episódica, etc., dado que todas estas destrezas dependen del córtex cerebral.
Hacia los 2 años
comienzan con el lenguaje y el razonamiento, aquí comienzan a exteriorizar sus
ideas, a saber que es un sujeto diferente del resto. Esta manifestación muchas
veces no son muy combatibles con el mundo que lo rodea, ellos a veces quieren
hacer cosas que no son aceptadas en el mundo de los adulto y como consecuencia a
esto aparecen las rabietas.
Por lo tanto Las
rabietas, berrinches o pataletas no son más que un deseo del niño enfrentado al deseo de sus padres o adultos
referentes. Es una o varias ideas
propias del niño enfrentadas a la idea que tienen sus padres de como debería
actuar o hacer. El niño como no entiende lo que ocurre, se enoja, se
ofusca. Las rabietas o pataletas son la
forma de manifestación y de comunicación que tiene el niño pequeño, a través de
las mismas defiende sus ideas, sus deseos forjando así su camino hacia la
independencia. De aquí que las rabietas y las pataletas son parte del
desarrollo evolutivo y cognitivo del niño, estas ocurren en el 80% de los niños
entre 1 y 4 años, o sea, ocurre en la mayoría de los niños, por lo tanto, son una
conducta normal del desarrollo.
Pero para los
padres a veces les resulta una etapa difícil, estas conductas muchas veces nos
desconciertan, nos dejan sin saber como actuar, nos llegamos a comprenderlas, muchas veces nos angustian, y además revivimos
nuestro propio descontrol interno. Más cuando aparecen llantos, patadas,
tirarse al suelo, pegar, entro otras. Pero hay algo que debemos de tener en
claro, que las mismas son parte de su desarrollo, y que en algún punto son
positivas ya que ellos están defendiendo, están tratando de llevar a cabo sus
propios deseos, que para la edad más adulta son elementos fundamentales, son
recursos internos que nos auguran de alguna forma la capacidad de poder
conectar con aquello que nos gusta, que nos interesa y llevarlo adelante.
Como explicaba
al inicio alrededor de los 2 años incluso un poco antes ellos comienzan a transitar el camino de la
autonomía, comienzan de alguna forma a manifestar sus intereses donde les
gustaría ir, que les gusta tocar, agarrar, etc. Por eso las rabietas, comienzan
darse en este momento de su desarrollo. Pero
se encuentran con la dificultad que la mayoría de los adultos no comprenden
ese momento, y se encuentran qué con estas conductas, logran un efecto
contrario; que lo rechacemos, y con esto el problema se cronifíca.
Hay una frase muy conocida que dice que algunos autores plantean que dice «Quiéreme
cuando menos me lo merezca porque será cuando más lo necesite». Y esto es lo
que le sucede mayoritariamente al niño, cuando más necesita del adulto, cuanto
más necesita de su comprensión, empatía (capacidad de ponerse en lugar del
otro) para poder poner palabras en lo que le esta ocurriendo, muchas veces no
la encuentra.
Los berrinches,
necesitan más explicación, comprensión, compania, más que obediencia ciega e
ignorancia. Puede ser que los niños estén errados en lo que quieren hacer pero
ignorar lo que les esta pasando, pensar que si los deja solos se les va
pasar o si nos les presta atención se
acostumbraran y dejarán de llorar o dejaran de manifestar ese comportamiento o mismo censurarlo,
no hará que aprendan el adecuado
aprendizaje. El sentir que no están
“tomando el pelo”, que nos están “manipulando”, que es un “juego”, etc. Son
creencias erróneas que proliferan en muchos lugares.
A partir de los
2 años los niños comienzan a desarrollar el mecanismo de transgresión, el mismo
los ayuda en su comienzo a ir explorando la realidad de diferentes formas. Por ejemplo, valorando aquello que se puede
hacer de lo que no, ver que es importante y que no, el niño pequeño va a ir
transgrediendo aquellas pautas, normas ya estipuladas por los adultos
referentes. Esto hace que como padres tengamos que replantearnos muchas cosas,
nuestras propias ideas, de como son las
cosas para poder manejar estas situaciones.
Las rabitas son
típicas de niños que no tienen más que el llanto y la agresividad para
defenderse y descargar las tensiones frente a determinado suceso. A medida que
vaya adquiriendo más habilidades a nivel del lenguaje, razonamiento,
estrategias de negociación, no necesitará más de ellas para expresarse.
Diferentes
estrategias que nos ayudarán en estos momentos:
1-
Evitación: si vamos al supermercado y quiere que
le compremos todo, sí cada vez que paso por cierto lugar quiere esos caramelos,
evitemos pasar o ir con él, no lo expongamos a esas situaciones si luego nos
las vamos a poder sostener. No le dejemos al alcance aquello que no queremos
que agarre. Busquemos otras estrategias que sean beneficiosas para todos. El
prevenir las rabietas, el ser pacientes, flexibles, y el tener expectativas
positivas hacia nuestros niños son cualidades necesarias, el darles la libertad
necesaria para que exploren para que puedan elegir, sin atentar con su salud
mejora mucho la relación con nuestros hijos.
2-
Comprensión: empatizar con lo que le esta
pasando a nuestro niño, ponernos en su “zapatitos”, comprenderlos. Incluso ante
la rabieta bajar al piso, ponernos a su altura. Ponerle palabras “sé que estas
enojado, porque hay que bañarse… pero que te parece si mamá te ayuda, hacemos
espuma y ponemos en al agua los animalitos que tanto te gustan?, o cuáles
juguetes quieres que te acompañen en el baño? A veces el
intentar ofrecerle alternativas, buscar un punto medio, soluciones
creativas, proponer tratos, negociaciones, o intervenir físicamente tratando de
cambiar el equilibrio energético de la situación ayuda bastante. Incluso,
cuando nuestro niño está absolutamente descontrolado, podemos tomarlo en brazos
y acunarlos, acompañarlos a dormir “tranquilo mi niño, yo estoy aquí con contigo, estás cansado, tranquilo,
yo te cuido, vamos a dormir…” Está demostrado que este tipo de conducta por
parte del adulto, frente a una rabieta, berrinche, hace que la frecuencia y las
intensidades de ellas disminuyan o se eliminen, ayudando a una relación de
apego seguro y un desarrollo cerebral adecuado.
La paciencia, el
amor incondicional, la mirada genuina sobre nuestros niños, son indispensables
en estos momentos, y entender que las rabietas forman parte de una etapa, que
como todas las demás de la infancia, pasará.
Lic. en psic. Alexandra Rovetta
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