La vuelta de cordón, el perfecto chivo expiatorio por Rachel Reed
julio 24, 2014
Como primera entrada de mi blog, decidí escribir sobre una pequeña obsesión mía: el miedo que me da el manejo rutinario que se hace habitualmente de los cordones nucales (cordones umbilicales alrededor del cuello) durante el nacimiento. Es un tema que comenzó a llamarme la atención durante mi doctorado, y que ha ido creciendo y evolucionando desde entonces. He escrito y hecho presentaciones sobre este tema y he aburrido sobremanera a las personas que han cometido el error de mencionarlo en mi presencia. Así que, a pesar de haber prometido a mis colegas que había terminado ya con mis charlas sobre "las vueltas de cordón", voy a volver a sacar el tema. El contenido de este artículo está basado en revisiones científicas.
Por qué y cómo acaban los bebés con el cordón enrollado alrededor del cuello
La presencia de vueltas de cordón alrededor del cuello del bebé durante el parto es algo muy común. Aproximadamente un tercio de los bebés nacen con el cordón umbilical alrededor del cuello. El motivo por el que acaba enrollado y el momento en que se enrolla es diferente en cada bebé. Curiosamente es más frecuente en chicos, quizá porque tienen habitualmente cordones más largos. También se vuelve más común cuanto más larga sea la gestación, simplemente porque hay más tiempo para que se enrolle. Y aunque el lazo formado por el cordón no haya aparecido durante el embarazo puede surgir durante el parto, ya que el bebé, mientras baja por la pelvis, va rotando y puede acabar con el cordón alrededor de su cuello.
Un "chivo expiatorio" versátil
Los cordones nucales se han convertido en los perfectos chivos expiatorios, ya que trasladan la culpa de una posible complicación durante el parto a la madre o al bebé en vez de buscarla en el profesional o el sistema. El resultado es que el miedo a las vueltas de cordón ha conseguido introducirse en nuestra cultura profundamente. Cada vez que leo alguna historia sobre un parto inesperado fuera del hospital parece que lo primero que aparece es el tema de la vuelta de cordón. La historia empieza siempre con la suerte que ha tenido el bebé de sobrevivir a los peligros de las vueltas de cordón sin la ayuda de expertos que supiesen manejar esta situación. También he tenido que escuchar demasiadas historias de partos donde las complicaciones resultantes eran culpa de la presencia de un cordón nucal.
Antes de abordar algunos de estos mitos vamos a revisar rápidamente un poco de anatomía y fisiología. El cordón umbilical está diseñado para poder ser "llevado" alrededor del cuello sin causar ningún daño. Está cubierto de la gelatina de Wharton y enroscado sobre sí mismo. Esto protege a los tres vasos sanguíneos que lo forman del tipo de estiramiento y compresión que puede aparecer al estar unido a un bebé en movimiento. El cordón umbilical también es suficientemente largo (la longitud media es 55 cm) para poder envolver confortablemente el cuello de un bebé sin quedarse corto.
Embarazo
No existe ninguna investigación que sostenga la creencia de que las vueltas de cordón estén asociadas con más muertes de bebés durante el embarazo. Sin embargo, la realidad es que desafortunadamente algunos bebés mueren antes de llegar a nacer. A menudo se desconoce la razón por la cual ocurre esta terrible desgracia y este desconocimiento puede sumar dolor a la devastación del momento. Al nacer es habitual observar que estos bebés tienen el cordón umbilical alrededor del cuello (al igual que un tercio de todos los bebés) y, aunque puedo entender la necesidad de encontrar una razón a lo que ha ocurrido y escoger la que parezca más obvia, no creo que culpar a las vueltas de cordón del fallecimiento de estos niños sea de ayuda a largo plazo. Los padres necesitan respuestas honestas sobre la pérdida de su bebé, incluso si la respuesta es "no sabemos qué ha podido ocurrir".
Parto
Durante el parto el cordón umbilical no causa problemas. El bebé no está colgando en alto "sostenido" por el cordón ya que todo el "paquete" (el fondo de útero, la placenta y el cordón) está moviéndose en conjunto. El útero "se encoge" (se contrae) moviendo al bebé hacia abajo, a la vez que empuja a la placenta adherida y su cordón. No es hasta que la cabeza del bebé entra en la vagina cuando son necesarios unos centímetros extras (ver el momento del nacimiento, más abajo). Sin embargo, es habitual que cuando se realiza una cesárea por estrés fetal o por falta de progreso durante el parto, la presencia de una vuelta de cordón sea frecuentemente utilizada como excusa... "¡Ah! ¡Mira! Tu bebé estaba estresado porque tenía una vuelta de cordón" o "...el cordón estaba impidiéndole descender". Es muy poco probable que el cordón tenga algo que ver con el estrés o la falta de progreso. Más bien son otras intervenciones realizadas durante el parto las que han llevado a este escenario final (como el uso de oxitocina sintética y/o el "no querer esperar.")
Nacimiento (última parte del parto)
La vuelta de cordón permanece alrededor del cuello del bebé mientras su cabeza sale del útero y atraviesa la vagina. Habitualmente la vuelta continúa "floja", ya que tiene margen suficiente de longitud para ello. Una vuelta de cordón floja no causa ningún tipo de problema. La sangre continúa circulando a través de los vasos exactamente como lo ha hecho durante el embarazo y el parto.
A veces el cordón se estira y la vuelta se aprieta durante la última parte del parto, cuando nace la cabeza. Es posible que no haya suficiente longitud de cordón o que haya quedado atrapado entre la pelvis y el cuerpo del bebé, algo que podría ocurrir con un cordón más corto de lo habitual que se hubiese enrollado alrededor del cuello del bebé varias veces. En cualquier caso, el bebé no se está estrangulando, ya que aun no respira por la nariz. El oxígeno le llega a través del cordón, no por vía aérea. Mientras que el cordón se estire y comprima, los vasos sanguíneos transferirán menos oxígeno (pero todavía algo). Como resultado el bebé sufre una hipoxia (suministro de oxigeno reducido) a corto plazo, que se resuelve una vez que el cordón se afloja tras el nacimiento y retorna la circulación sanguínea. Puede que estos bebés nazcan un poco comprometidos, pero se recuperan con mucha rapidez, si se deja el cordón en paz. Desafortunadamente, son las maneras en las que se manejan estas situaciones (ver más adelante) las que pueden acarrear problemas posteriores. Se culpa a la vuelta de cordón de la necesidad de realizar una resucitación en vez de a la intervención que el profesional ha realizado sobre el cordón.
Riesgos asociados al clampaje y corte de una cordón nucal prieto
Una vez que se ha clampado (pinzado) el cordón, la circulación sanguínea entre el bebé y la placenta cesa, reduciendo el volumen sanguíneo del bebé y el suministro de oxígeno. Esto hace que la resucitación sea más necesaria y difícil una vez que el bebé ha nacido. Cualquier retraso en el nacimiento del bebé (por ejemplo, por una distocia de hombros) aumentará extremadamente el riesgo de hipoxia severa. Si se clampa el cordón mientras se espera el nacimiento, el bebé pasa de tener limitado el suministro sanguíneo a NO tenerlo en absoluto. En Estados Unidos ya han tenido lugar acciones legales contra obstetras por haber cortado un cordón nucal justo antes de aparecer una distocia de hombros.
Un estudio (Sadan y otros 2007) mostró que tanto cortar el cordón como no cortarlo no afectaba de manera adversa al estado de los bebés tras el nacimiento. Sin embargo, dentro del estudio no existía ningún caso cordones nucales prietos y, en todos los casos estudiados, el cordón había sido siempre cortado después del nacimiento del hombro anterior.
¡En un bebé que viene con vueltas prietas de cordón lo peor que se puede hacer es clampar y cortar el cordón!
Riesgos asociados a estirar y desenrollar una vuelta floja de cordón
Una práctica mucho más común es la de estirar para crear una holgura y desenrollar una vuelta floja de cordón. La mayoría de los profesionales la realizan, ya que así se les enseñó en sus años de estudio. Sin embargo, manipular el cordón estimula la contracción de las arterias umbilicales reduciendo con ello el flujo de sangre. Además, el movimiento de aflojar el cordón involucrará habitualmente algún tipo de tracción que podría causar que el cordón se rompiese con el subsiguiente sangrado (del bebé). Siendo estudiante de matrona "se me rompió" un cordón mientras lo desenrollaba por encima de la cabeza del bebé. Afortunadamente mi supervisora lo clampó rápidamente, pero ¡no antes de que me hubieses salpicado de sangre toda la cara! Más tarde fue cuando descubrí que los bebés podían nacer con el cordón alrededor del cuello. O nacen a través de la vuelta, o nacen con el cordón todavía alrededor.
Comprobar si existe vuelta de cordón
Si no vas a cortar o sacar el cordón por encima de la cabeza del bebé, ¿para qué quieres hacer un tacto a la mujer para ver si existe una vuelta de cordón? Realizar esta comprobación interfiere con el proceso fisiológico del parto. También refuerza la percepción de que es una complicación que hace peligrar al bebé, en vez de una situación común. Decir a la mujer que deje de empujar e introducir tus dedos en su vagina puede ser doloroso y desempoderante.
Sugerencias para los profesionales de la salud
- Habla con los padres antes del parto sobre la posibilidad y normalidad de las vueltas de cordón
- Durante el parto no hagas NADA con el cordón
- Si el cordón no deja que el bebé descienda una vez que ha salido la cabeza (algo extremadamente raro) usa la "técnica de Somersault" (Schorn & Blanco 1991, ver más adelante)
- Una vez que el bebé haya nacido, deshaz las vueltas de cordón (la madre o algún familiar puede hacerlo)
- Si el bebé se ha visto comprometido durante el nacimiento, anima a los padres a hablarle mientras que la circulación placentaria restablece el volumen normal de oxígeno y sangre para el bebé (no cortes el cordón ni te lleves al bebé para resucitación)
- El bebé de la foto al inicio del artículo nació en casa, en un parto en el agua. Traía dos vueltas prietas alrededor del cuello. En la foto, la matrona está en el proceso de desenrollar el cordón mientras trae al bebé a la superficie y a los brazos de su madre. Tardó cerca de un minuto en empezar a respirar mientras que la circulación de su placenta restablecía el volumen sanguíneo y de oxígeno. Su padre sopló en su carita suavemente y el niño tomó su primera bocanada de aire.
La maniobra de Somersault
Rachel Reed es comadrona y educadora.
Artículo original: http://midwifethinking.com/2010/07/29/nuchal-cords/
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Traducido por: Carmen Koetsenruijter.
extraído de www.crianzanatural.com/
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