Sobre el cuidado de unas alas...
febrero 11, 2013Leyendo el libro "Pintará los soles de su Camino" de Cristina Romero Miralles, me parecio muy interesante lo que nos aporta este capitulo! realmente es para reflexionar.
Actualmente nuestra Sociedad y las criaturas que habitan en ella, tienen una realidad muy alejada de una crianza respetuosa y guiada por el corazón de cada madre o padre.
Pero si una manera diferente de crecer y maternar es posible, ¿por qué nos la estamos perdiendo?
Este saber sigue guardado en nuestro ADN pero mezclado con miedos, resistencias, desconfianza... Con memorias que nos limitan lanzarnos a la felicidad y permitir el acceso al bienestar continuo.
Cada vez que nace un hermoso ser, algo nos impulsa como madres y padres a querer su felicidad. Pero a veces creemos saber donde ésta se encuentra, e incluso creemos que depende en gran medida de que recorte esas alitas hermosas que traía y aprenda a vivir exactamente como lo hace el resto y por tanto sin conflictos con el resto.
Pero no es posible vivir contentando a todos y además se llenará de conflictos para consigo.
Desde bien chiquito le vamos mostrando las tijeras y no sólo damos algún tijeretazo, sino que permitimos que sean otros los que recorten a nuestro hijo.
Y esa criatura es posible que un día tome también las tijeras con sus manitas.
Esto se convierte así en una gran cadena de recortadores, que a su vez fueron recortados.
¿Qué son esas alas?
Las alas son su conexión con La Fuente, con su propio Ser Superior.
¿ Y qué es recortar alas?
Es recortar alas cuando un bebé expresa que necesita que lo aúpen, como mamífero que es, y lo dejamos llorar para que no se “malcríe”.
Ese bebé aprende tempranamente que sus deseos no son importantes, que él mismo no es importante. Y es posible que vaya abandonando poco a poco su fuerza e incluso que deje de mirar desde el corazón.
Es recortar las alas de un niño o una niña si pide que necesita mover su cuerpo y le decimos que siga sentado en la silla de su Escuela una hora más. Ese niño aún conoce sus necesidades y al negárselas es posible que aprenda a alienarse de ellas.
Negamos sistemáticamente los deseos infantiles para que encajen adecuadamente en un sistema.
Logramos que se desconecten de ellos mismos y de La Fuente.
Y un día se despiertan siendo adultos alejados de sus pasiones, sus sueños y su felicidad.
Entonces el sistema les provee de satisfacciones o sucedáneos para acallar falsas necesidades.
La Vida trae criaturas al mundo que sí vienen con manual de instrucciones. Lo que pasa es que viene escrito en su lengua y son ellas las que nos lo pueden interpretar.
Necesitamos Escucha y Respeto como adultos, dejando de lado rigideces e ideas preconcebidas sobre cómo son las cosas o lo que necesita un bebé o un niño.
Podemos deshacernos con Amor de las tijeras que nos hemos ido entregando de generación en generación. Y transformarlas en un maravilloso y mágico ungüento que cuide de todas y cada una de nuestras alas. Pero ese frasquito, a diferencia de otros, pide intrínsecamente estar al alcance del propio niño o niña desde muy temprana edad.
Creo que empiezas a ver a lo que te estoy invitando... A lo que te invita la Vida misma...
Veamos y trabajemos por un mundo nuevo a través de madres y padres que dotan de recursos a sus hijos, para que desde pequeños aprendan a preservarse y potenciarse a ellos mismos, sin perder su conexión con La Fuente.
¿Y si permites a tus hijos la libertad de dejarse sentir y escuchar su fuero interno? ¿Y si permitiéramos y apoyáramos su maravillosa imaginación?
¿Y si les permitimos ser felices, lo más alejados posible de trabas sociales o morales que los limiten?
¿Y si potenciáramos que sigan en contacto con sus anhelos y sueños?
¿Y si les permitiéramos vivir cada elección en consonancia con sus pasiones?
Date cuenta de tu realidad como madre o padre.
Escucha a tu corazón. Aléjate ahora de la mente que todo lo clasifica, valora y enjuicia.
¿Qué dice tú corazón al visualizarte en tu relación con tus hijos?
Puede que te sientas hondamente satisfecho/a y no necesites usar la invitación.
Pero en el caso de que quieras cambiar tu realidad, ya sabes que puedes. Tan sólo es cosa tuya.
¿Necesitas Valor, Confianza y Amor? Dentro de ti hay mucho más que suficiente...
Permite que tu corazón se abra y te guíe.
Me dices que no vivís solos con vuestro hijo, que existen muchos condicionantes externos.
A veces se limita a los hijos por el que dirá la Sociedad, o los parientes... Anteponemos entonces cuidar la imagen que mostramos al exterior, en vez de cuidar del Alma de nuestro hijo.
Pero el precio de esas alas sacrificadas, en favor de pretender quedar bien con otros adultos, sean extraños, amigos o familiares, es alejarte de tu hijo un pasito. Y seguramente alejarlo también otro pasito de sí mismo...
Ante una situación frágil en la que sintamos la presión de unos ojos que juzgan, escuchemos internamente la imagen que llevamos en nuestro corazón.
Se me ocurre el ejemplo con la ropa... A los niños les gusta elegir los colores, los tejidos, los dibujos y las palabras que les potencian, y son capaces de ello desde muy temprana edad. Pero pensamos en el qué dirán los demás si no escogen ir como nosotros creemos que es ir conjuntado... O si va disfrazado cuando no es carnaval...
Me gusta que los niños tengan ropa a su alcance que les permita decidir cómo quieren mostrarse o sentirse a sí mismos en cadamomento. De adultos estamos tan desconectados que solemos guiarnos por modas o por lo que otros indiquen sobre nosotros mismos. Pero los niños conservan una sabiduría que algunos adultos perdimos.
También luchamos con ellos para que se abriguen o vistan cuando ellos no sienten frío. Desconfiamos de que serán capaces de hacerlo cuando lo sientan por ellos mismos. Preferimos obligarlos a ponerse la chaqueta dentro de casa y bajar el ascensor con bufanda y todo, aunque nos cueste un disgusto. ¿No será mejor que cuando llegue a la calle observe si hace tanto frío como ayer y decida?
Otro ejemplo: a veces tu hijo no quiere dar besos al despedirse de alguien. Porque le desagrada profundamente, o porque simplemente no siente ganas de ese beso. Pero los adultos chantajean y obligan a los niños a traicionarse a sí mismos. Muchas veces he apoyado a mi hijo con frases del tipo “¡uy!, no te lo tomes como algo personal, últimamente no tiene ganas de dar besos”.
Es importante que un niño pueda elegir lo máximo posible en las cosas que le afectan a él.
No hablo de darles una responsabilidad que no les corresponde. Más bien de que permitamos que recuperen el poder que sí les corresponde.
Se trata de recordar que son ellos los que están creando su vida, aunque por el momento, necesitan una guía desde el corazón de sus padres.
Pero atentos: un bebé no puede decidir según qué cosas que un niño de dos años ya sí.
Y a su vez cada niño es diferente aunque tenga una edad determinada.
Borra ideas preconcebidas de la educación y la crianza, incluidas las que te sugiera este libro y siéntete un principiante que trata de ajustarse a la realidad de cada momento.
Hablo de escuchar dónde están los márgenes –en este aquí y ahora– para tu familia.
Observa, desde tu corazón, en qué situación os encontráis a cada momento.
Flexibilidad cuando corresponda.
También firmeza cuando corresponda.
Lo mismo para las normas de tu casa o tu familia. Revisadlas a menudo. Revisadlas juntos a menudo. Tienen que servir para que seáis felices.
Hay quien desconfía del saber de sus hijos e intenta educarlos y dirigirlos a cada momento. Entonces necesita confiar y permitir...
Hay quien permite a sus hijos cualquier cosa, como dañar o no respetar lo que es importante para otros. Entonces necesita aprender a decir NO y a no permitirles todo...
Se trata de sintonizar el Alma de la familia. Y la clave no la tengo yo, la tienen todos y cada uno de los miembros de esa familia. Cuando se escuchan.
Escucha a tu corazón, escucha a tu hijo y verás que muchas veces dicen lo mismo. Entonces, aunque tu mente te diga lo contrario, hazles caso a ambos y permítete la posibilidad de equivocarte tú y de que se equivoque él.
Podemos ser fuertes frente a los comentarios del exterior si sabemos que estamos en sintonía con nuestra Alma y la de nuestros hijos. También podemos encontrar a otras personas que nos ayuden por resonancia o afinidad a seguir por el camino del Amor Incondicional.
Y entonces alguien pregunta por la disciplina y los límites “necesarios” y yo les digo que siguen sin ser necesarias las tijeras. Es dentro del propio acompañamiento con Amor y Confianza mutua que los niños se autorregulan y son capaces de ceder por el otro en un juego de equilibrios perfecto, como tan bien explica A. S. Neill.
Una madre puede sentirse violenta si permite que su hijo la trate de determinada manera que le disgusta. Entonces se hace necesario decirle al hijo que no siga. La madre transmite al hijo dónde está el límite de ella. Es importante que su hijo sepa que no puede seguir. Y es importante que esa madre se respete a sí misma. Y sea lo suficientemente clara y firme al poner ese límite.
La libertad del hijo no está por encima de la libertad de los otros seres que le rodean.
0 comentarios