Porteo indoor
enero 10, 2013
Comparto este interesante articulo de una mamá blogera! Mamá (contra) corriente
Los últimos días han sido bastante
complicados. Entre una lista (demasiado) larga de contratiempos de lo
más variopinto puedo destacar los gripazos de ambos niños, primero el
mayor y luego el pequeño (que aún está bastante pachucho). Eso me ha
hecho pensar, sobre todo en las últimas noches paseo va paseo viene en la oscuridad de la habitación, en hasta qué punto el porteo se ha convertido en algo esencial para desenvolverme.
Si ya de por si las cosas son complicadas en el día a día y se han
puesto más difíciles aún en estos días, sin la ayuda de un portabebé no
sé qué haría.
Es lo que yo llamo porteo indoor: ponerse el portabebé por la mañana y no soltarlo hasta la noche, con independencia de si vamos a salir a la calle o no.
Obviamente ya con casi ocho meses hay momentos en que a Bebé le apetece
mucho estar en el suelo, gatear, ponerse de pie y hasta dar algún
pasito, pero sigue necesitando muchos brazos y mucho contacto y estos
días que ha estado hirviendo lo único que quería era estar pegadito a mi.
Si no hubiera tenido un portabebé a mano, la mitad de la semana pasada la hubiera pasado 14 horas sentada en el sofá con Bebé desmayao encima. Gracias al fular y al mei-tai,
que son los dos portabebés que más he usado en estos días por su
comodidad y suavidad (incluso haciendo piel con piel como forma de
ayudar a bajar la fiebre), he podido seguir un ritmo de vida
medianamente normal con Bebé hecho polvo bien pegadito a mi.
Aunque creo que quienes hemos probado el porteo ergonómico
no necesitamos que nadie nos explique que los portabebés no son sólo
para ir de paseo, veo a menudo que la idea que se tiene en la calle es
que en casa no se utilizan, que no resultan necesarios. Seguro que todo
esto viene, como siempre, de la mala opinión que tiene la gente de la
practicidad de usar una mochila no ergonómica, y llevan razón, pues no
hay quien la aguante 5 minutos seguidos, ¡como para llevarla todo el día
en casa!. Pero basta con que alguien pruebe un portabebé ergonómico
para encontrarle rápidamente veintemil usos prácticos indoor.
No es que me vaya a poner a fregar los cristales (que poder, podría),
pero perfectamente puedo barrer, cocinar, planchar, meter y sacar los
platos del lavavajillas, hacer las camas…
Practico, de media, seis-siete horas diarias de porteo bajo techo. Sólo de pensar en hacer lo mismo con un bebé en brazos me tiemblan los brazos. Brazos de gelatina como dice Begobolas. Sin embargo, de esta forma no se me resiente ninguna parte del cuerpo: ni espalda, ni caderas ni brazos.
Sin duda, el porteo bajo techo constituye el principal uso que le doy a los portabebés. Esto no quiere decir que no los utilice para salir a la calle, pues ya expliqué que, por ejemplo, son un imprescindible para ir al cole con el mayor.
Pero sí es cierto que tras muchas horas de porteo en casa, no es raro
verme en la calle en solitario sobre todo si otra persona empuja el
carrito de Bebé, ¡que también tengo que amortizarlo!.
fuente: http://mamacontracorriente.com/blog/2012/12/22/porteo-indoor/
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